6 de mayo de 2010

Hablemos de salud


Existen multitud de definiciones de salud. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) la define como "el estado de bienestar completo (físico, psíquico y social) y no la simple ausencia de enfermedad o invalidez". Posteriormente, y reconsiderando esta definición, la O.M.S., dentro del contexto de la promoción de la salud, la consideró "no como un estado abstracto, sino como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas llevar una vida individual, social y económicamente productiva". Otra definición, que personalmente me parece muy apropiada es la de Marcos Becerro en el 1989: "Estado armónico entre lo que constituye el ser humano en sus diversos aspectos (físico, psíquico y social) y su entorno ambiental, variable según las circunstancias y, por tanto, en equilibrio dinámico inestable".

La salud puede ser considerada desde distintos puntos de vista, es por ello por lo que existen diferentes tipos de salud, así tenemos:
- Salud física: Referida al buen funcionamiento de los diferentes sistemas del cuerpo.
- Salud mental: En relación con el normal comportamiento de los procesos mentales.

Otra clasificación sería:
- Salud individual: Estado de salud de una determinada persona.
- Salud ambiental: Cuando abarcamos a otras especies y a los factores de la naturaleza en relación con la humana.
- Salud colectiva: Hace referencia a un número amplio de personas.

Podemos observar que el nivel de salud está influenciado por diversos factores:
- El medio ambiente: contaminación e influencia física, química, biológica y social.
- El sistema sanitario: tipos, gratuidad, calidad y prestaciones.
- Los factores biológicos personales: la herencia genética y la edad.
- El estilo de vida.

Este último factor, el estilo de vida o los hábitos de vida, es el más fácilmente manipulable. En él podemos incluir el nivel de actividad física, el consumo de sustancias nocivas (alcohol, tabaco, etc.), la exposición a situaciones de estrés y la alimentación.

Como vemos, una adecuada alimentación influye decisivamente en el nivel de salud de las personas, no es únicamente una necesidad fisiológica, sino también un hábito de vida. Es por ello, que consideramos fundamental posibilitar desde los centros escolares una formación relacionada con este tema, con el objetivo de que, ya desde la edad escolar, los individuos consigan mejorar sus hábitos alimenticios, lo que repercutirá positivamente en su calidad de vida tanto en el presente como en el futuro.

Un enlace interesante sobre salud y alimentación es el siguiente:
http://saludyalimentacion.consumer.es/

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